Colchones según tu IMC

Vamos a ayudarte a establecer la relación ideal IMC colchones, para saber qué elegir mejor, que se adecua a tu fisonomía.

Cuál es tu IMC y cómo calcularlo

El cálculo del IMC se realiza para conocer, de acuerdo con unos rangos establecidos por la OMS, en cuál de ellos se encuentra una persona y, por tanto, saber si se encuentra en riesgo de obesidad, está dentro de lo saludable o puede sufrir algún tipo de desnutrición.

Para calcularlo es necesario conocer el peso y la altura de manera confiable haciendo uso de aparatos de medición adecuados y bien calibrados.

La fórmula para obtenerlo es muy sencilla y consiste en dividir el peso en kilogramos entre la altura en metros elevada al cuadrado:

IMC = Peso en kilogramos / (Altura en metros) (Altura en metros)

Como ejemplo práctico, para conocer si se está en el IMC adecuado aplicando las tablas, se puede tomar el siguiente caso: mujer con 70 kg de peso y altura de 1,70 metros. Y se calcularía así:

Altura al cuadrado: 1,702 = 2,89

Cálculo: (70 / 2,89) = 24,22

Resultado: peso normal. La lectura de los resultados se hace por rangos que van según los siguientes tramos:

El IMC debe darlo por válido un especialista si la persona es mayor de 65 años, deportistas profesionales o niños, ya que no son los estados genéricos que se contemplan en las tablas.

Consejos para elegir tus colchones según el IMC

A la hora de elegir la base de descanso es muy importante buscar aquella en que la densidad del colchón sea adecuada al peso de la persona que lo vaya a utilizar, además de otros factores en los que influye su IMC.

Personas con IMC normal o bajo

Estas tienen un peso que no impacta en la superficie del colchón tanto como para necesitar uno en concreto, así que son más libres a la hora de elegir teniendo en cuenta sus preferencias y necesidades.

Estas pueden ser el gusto por una dureza mayor o menor, por tener una mayor sensación de confort, como la que aporta un colchón de núcleo HR u otro con carcasa de muelles ensacados, o por si es más friolera o menos y optar por una capa viscoelástica más o menos gruesa.

Por supuesto si se tiene alguna dolencia de espalda, o se duerme con otra persona con un peso más elevado, es mejor dejarse aconsejar en cuanto a la firmeza y al nivel de independencia de lechos.

Personas con IMC preobesidad u obesidad

Si la persona que necesita adquirir un colchón ya tiene indicios de sobrepeso, o directamente padece de obesidad, no debe elegir al azar ni dejarse llevar por el gusto. Estas personas necesitan de un colchón cuya firmeza sea alta para impedir que se hundan y les permita manejarse con mayor soltura. En estos casos los más indicados son los de firmeza y grosores altos, siempre que se adecuen estas características a los gustos de quien va a dormir en el.

A partir de un IMC de 30 lo mejor es hacerlo a medida para evitar tener que cambiarlo antes de que termine la vida útil del colchón y lograr dormir y descansar como es debido.

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